En los últimos meses es cada vez más frecuente oír hablar de las dificultades para atraer y retener talento en las empresas, también en relación con puestos de responsabilidad y liderazgo. No solo nos encontramos en mercados en permanente cambio y con necesidades técnicas y de conocimiento cada vez mayores, sino que la competencia por el talento también se ha vuelto global.
Además, distintos estudios han puesto en relieve el menor atractivo de las posiciones de liderazgo para el talento más joven. Entre las lecturas recomendadas este mes por el equipo de Coaching 4 Results se encuentran 4 interesantes artículos que analizan por qué más de un tercio de los profesionales que integran nuestros equipos no se sienten atraídos por ocupar posiciones de liderazgo:
La experiencia de liderazgo que viven los managers y directivos de nuestras empresas es un factor relevante no solo para facilitar un liderazgo eficaz y retener el talento que ya se encuentra en estas posiciones, sino también para atraer a nuevos profesionales. Verónica del Río nos propone una reflexión interesante sobre la atracción y retención de talento directivo.
La posibilidad de trabajar en remoto es cada vez más demandada por los profesionales. Sin embargo, el estudio de la Cátedra DKV – IE ha demostrado que en España los managers encuentran algunos retos específicos que, acompañados de la alta rotación de equipos o el aplanamiento de jerarquías, están afectando a su bienestar y a la capacidad de las empresas para retener este talento fundamental.
Un nivel de autoexigencia elevado suele conectarse con el compromiso, la motivación y la responsabilidad. Sin embargo, cuando no está bien gestionado, esta característica puede también provocar una mala gestión de tiempo y recursos, tanto propios como del resto del equipo. Clara Aldán nos propone 5 pautas para mejorar la relación entre la exigencia personal y el bienestar.
Scott D. Anthony analiza en Harvard Business Review la paradoja entre información y acción: tomar una decisión con pocos datos incrementa el riesgo de equivocación, pero esperar a un mayor volumen de información no siempre garantiza el éxito y podría llegarse tarde. Y para ello nos propone algunas vías para aprender a dar sentido a la incertidumbre y reducir la presión.
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